miércoles, 26 de abril de 2017

Como anillo al dedo.


Muchas cosas han pasado y cambiado desde que nos conocimos. 

Siempre supimos que una historia que empezó en una boda, tenía que llegar a tener su propia boda.

Sí, efectivamente nos re-conocimos en una boda…

No pretendo escribir en estas líneas un tutorial de lo que se debe y no se debe hacer al momento de entregar un anillo de compromiso. Solo quiero contar un poco mi experiencia cuando me envalentoné y me decidí comprometerme formalmente con Marielena.

Desde que me rondaba la idea de entregar el anillo, siempre me imaginé que debía ser sorpresivo e inesperado, tanto así que cuando sucediera ese momento, ella lo recordara para siempre.

Después de un año (aproximadamente) intentando encontrar el momento y el anillo perfecto. Me di cuenta que como todo en la vida, el mejor plan es el que se va creando en el camino, lo importante siempre es tener claro lo que queremos alcanzar. 

La noche del 4 de abril, luego de celebrar nuestro segundo aniversario, se dio el momento preciso que tanto estaba esperando. Después de una cena deliciosa, y con el mar frente a nuestros ojos, entendí y asumí que no existiría momento más oportuno para entregarle el anillo. Después de unas lágrimas de alegría, dijo el esperado sí. Y con ese sí, empezó la travesía de #SabesLaboda.

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