El sábado 7 de junio de 2014 fue el
día, después de 8 años de noviazgo, Stephany y Alexander AKA Maker y Caballo se casaron.
Para estar en esta boda agarré un avión el día anterior que hizo la ruta Quito – Bogotá – Caracas, que si 7 horas
entre vuelo y esperas; llegué a Caracas a eso de las 5 de la tarde, fuimos directo al salón de
fiestas en donde los mismos novios trataban de afinar los detalles finales, (que más bien eran iniciales), el salón estaba crudo y con ello un poco de angustia
y cansancio se notaba en ambos.
El día del matricidio
8:00 a.m.
Me
voy con Maker y mi Mamá AKA Gioland a buscar ciertas cosas que faltaban, que si
la torta, algunos pasapalos, etc. Caballo por su parte estaba haciendo
diligencias con su Papá AKA Roro. Una vez que buscamos la torta y los
pasapalos, el carro se recalienta y comenzó la locura, eso mezclado con lluvia,
y con tener que buscar a Leo (Fotógrafo) para que comenzara a registrar todo lo
que acontecía en el día.
11:00 a.m.
Llega mi papá AKA Caimán al rescate, ahí nos dividimos: Maker se va con él, Leo
y mi Mamá para peinarse y maquillarse, y yo me voy con Caballo y su Papá a
ajustar el traje que me quedaba grande.
Parte de la mañana transcurrió buscando
cosas que faltaban para la boda. Mientras tanto, Maker ya comenzaba a
maquillarse y peinarse, y Leo plasmaba esos momentos en fotografías, por otro lado, en el salón de fiestas estaba Kathy AKA La Bish totalmente loca y
desesperada porque llovía y los toldos parecían una ducha, *se escurría el agua
por todas las mesas*.
12:00 p.m.
Caimán me rescata, y me voy con él a
buscar más pasapalos que faltaban, luego nos fuimos al Lido a
ajustar el traje.
2:30 p.m.
Comienza el festival del
embellecimiento, ya Maker estaba peinada y maquillada, ahora le seguirían las
mujeres de la familia.
4:00 p.m.
Era el momento de que Maker se
pusiera su vestido, previo a eso, el flash de la cámara de Leo no paraba de
registrar cada movimiento de ella.
5: 30 p.m.
La novia termina de vestirse (estaba
radiante y feliz), a esta hora, ya se
sentía un poco de desesperación en las mujeres de la familia, porque no estaban
listas; en el salón de fiestas se seguían afinando los últimos detalles.
De una nos llevamos a la novia para
hacerle una sesión previa en las áreas verdes de la urbanización, insisto,
Maker estaba radiante y feliz.
6:30 p.m.
Llegó la corredera, faltaban tan solo
30 minutos para la boda. En la iglesia ya estaba Caballo con gran parte de su
familia y con las damas de honor. En ese
momento, me tocó asumir mi rol de Hermano/Padrino/Cuñado/Chofer y llevo a la
novia junto a mi papá, mi mamá y un tío a la Iglesia.
6:50 p.m.
Una vez en la Iglesia se hicieron
presente los nervios, en todos,
(incluyéndome), risas nerviosas invadían a los
presentes. Todo se transformó en una felicidad rotunda mezclada con una paz
interior, cuando sonaron los acordes de la Marcha Nupcial junto a la entrada triunfal
de Maker tomada del brazo de Caimán.
Como nota curiosa puedo comentar,
que el padre tuvo un retraso considerable, llegó como 40 minutos más tarde, -a
lo cual se excusó diciendo: “Primera vez que el padre llega más tarde que la
novia”. El carisma del padre fue un plus para que toda la ceremonia se tornara
bastante divertida.
8:00 p.m. (calculo yo)
Ya el Matricidio estaba hecho, no
había marcha atrás, luego de una que otra foto en la salida de la iglesia, me
tocó transportar a los novios al salón y llevar la batuta en la caravana
matrimonial, ese trayecto de la iglesia al salón de unos 15 minutos
aproximadamente, fue muy divertido, entre el corneteo y la conversación con los
recién casados, fotos con los celulares, alegría total y untable. Quiero volver
a insistir y sin temor a ser repetitivo que Maker estaba radiante y feliz, Caballo también, pero
lo de Maker era una vaina de otro mundo.
8:30 p.m.
Seguíamos en el carro, ya
estacionados esperando que todos los invitados entraran al salón, mientras tanto, Maker, Caballo y yo hablabamos paja, recordando las cosas que habían sucedido durante el día.
Tipo 9 p.m.
Entran a la
recepción los nuevos matricidas, arranca la celebración, sigue la alegría y el disfrute; la rumba recien comenzaba. La celebración se dio como se esperaba,
con alegría, con mucho tripeo y con el compartir de familiares, amigos y de la
gente más cercana a los muchachos.
Si de algo estoy seguro, es que esa
boda la disfrutamos muchísimo todos, pero nadie como ellos dos.
Para cerrar, solo me queda decirles
que acá los espero: a ti Maker con una de vino y a ti Caballo, con una de güisqui.
Nos vemos en 2 meses. Salú.
De bonus track les dejo una foto de Maker, solo para que noten que no exagero cuando decía que estaba radiante y feliz.